LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA EN ESPAÑA
Importancia estratégica
La industria farmacéutica es un sector cuya implantación en España comporta una serie de beneficios muy importantes para la sociedad y para el conjunto de la economía. Así, aunque sólo representa el 1,5% del PIB, es un sector estratégico y de futuro por las siguientes razones:
- Alta productividad. El Valor Añadido Bruto (VAB) por ocupado en 2008 fue de 108.600 euros, un 100% superior a la media de la industria manufacturera española.
- Muy competitivo internacionalmente. Las exportaciones de medicamentos en 2010 superaron los 8.000 millones de euros, representando un 5,1% del total de las exportaciones españolas.
- Fuente de empleo cualificado. Alrededor del 50% de sus empleados cuentan con estudios superiores y más de un 10% de la plantilla desarrolla su actividad en el área de I+D.
- Líder en I+D. Las compañías farmacéuticas realizan inversiones anuales por un importe superior a los 1.000 millones de euros, más del 20% del gasto en I+D de toda la industria española.
- Inductor de efectos positivos. La industria farmacéutica genera 40.000 empleos directos en España y es responsable de otros 160.000 empleos indirectos en otros sectores.
Adicionalmente, esta industria tiene un componente diferencial, puesto que el producto que investiga, produce y vende, el medicamento, constituye un bien preferente para la sociedad, tanto por la ganancia en esperanza de vida que se le atribuye, como por su contribución a la productividad al reducir el absentismo.
Podríamos concluir diciendo que el farmacéutico es un sector industrial que todo país quisiera tener implantado en su territorio.
El gasto farmacéutico
Pese a todo, la imagen del sector farmacéutico no se corresponde a veces con esa realidad. A ello contribuye la creencia de que el gasto farmacéutico es elevado y que la situación es inducida por la industria. Un análisis riguroso nos lleva a una conclusión distinta:
- En España tenemos los mayores niveles de cobertura farmacéutica a uno de los costes más bajos de Europa, y ello se debe en gran medida a que los precios de los medicamentos en nuestro país se encuentran entre los más bajos de la UE (un 23% inferiores a la media); son inferiores, incluso, a los de países como Estonia, Letonia, Chipre o Malta.
- El gasto farmacéutico público a través de farmacias (a PVPiva) ascendió en 2009 a 12.500 millones de euros, un 18% del gasto sanitario.
- Este porcentaje sería menor si nuestro SNS no adoleciera de un déficit presupuestario crónico (en torno a 10.000 millones de euros). Asimismo, si el porcentaje del PIB que España dedica a Sanidad fuera similar a la media de la UE, la factura farmacéutica supondría sólo el 14% del gasto sanitario.
- El crecimiento del gasto farmacéutico público en 2009 fue del 4,5% y se debió al aumento del consumo de recetas,
- que creció en casi un 5%, mientras que el precio medio de la receta experimentó una caída del -0, 5%.
El impacto de los Reales Decretos-leyes 4/2010 y 8/2010
En los pasados meses de marzo y mayo, entraron en vigor en España sendos Reales Decretos-leyes por los cuales se introducían varias medidas de control del gasto farmacéutico que conllevaban: i) una reducción de precios de los medicamentos genéricos, ii) una modificación del Sistema de Precios de Referencia y iii) la introducción de una deducción del 7,5% sobre el precio del resto de medicamentos, cuando éstos sean adquiridos por el SNS.
El impacto conjunto sobre los ingresos de las compañías farmacéuticas de estos dos Reales Decretos-leyes, alcanza casi los 2.100 millones de euros anualizados. Un impacto equivalente a una reducción del tamaño del mercado farmacéutico español superior al 14%.
La industria ya no da más de sí en este ámbito. En 2008, según el INE, los resultados de la industria farmacéutica fueron de 1.063 millones de euros; es decir, la reducción de ingresos que implicarán estos dos Reales Decretos-leyes será casi el doble de la cifra de beneficios de todo el sector industrial farmacéutico español.
Las repercusiones sobre las principales variables económicas y operativas del sector serán muy elevadas, especialmente sobre el empleo y la inversión, tanto productiva como en I+D. Es previsible que el empleo en las compañías farmacéuticas en España disminuya en cerca de 5.000 trabajadores a corto plazo y que las inversiones en I+D se reduzcan en cuantías próximas a los 300 millones de euros anuales durante los próximos cinco años.
Un nuevo escenario. La respuesta de la industria
Estos ajustes y la situación de crisis del país, colocan a nuestra industria ante un nuevo paradigma. Se trata ahora, siendo irreversibles estas medidas, de adaptarse inteligentemente a la nueva situación, introduciendo cambios en la interacción de nuestras compañías con el entorno y aprovechando las oportunidades que se vayan vislumbrando, como corresponde a un sector que se caracteriza por su dinamismo y capacidad de adaptación.
La industria debe seguir contribuyendo a la creación de valor y profundizando en su compromiso con la sociedad, a través de un uso responsable del medicamento, una investigación comprometida con el paciente y un reforzamiento de las prácticas deontológicas, porque esa es la forma de ganar la confianza de nuestra sociedad y nuestros gobernantes.
Para ello es necesario planificar el futuro con las mayores garantías, debiendo obtener de las Administraciones Públicas el compromiso de configurar un entorno regulador farmacéutico que genere expectativas y estabilidad. Con el apoyo adecuado y las reformas apropiadas, esta industria puede ser emblemática del nuevo modelo de crecimiento económico que necesita España.
Julio 2010
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